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lunes, 4 de noviembre de 2013

ORACIÓN A JESÚS, EL JUSTO JUEZ:

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor Jesucristo, Dios de vivos y muertos, Eterno Sol de Justicia, encarnado en el casto vientre de la Virgen María, por la salud del linaje humano, Justo Juez, Creador del Cielo y de la Tierra, y muerto en la Cruz por mi amor. Tu que fuiste envuelto en un sudario y puesto en un sepulcro del que al tercer día Resucitaste vencedor de la muerte y del Infierno. Justo y Divino Juez, oye mis súplicas, atiende a mis ruegos, escucha mis peticiones y dales favorable despacho.
Tu voz imperiosa serenaba a las tempestades, sanaba a los enfermos y resucitaba a los muertos como a Lázaro y al hijo de la viuda de Nahím. El imperio de tu voz ponía en fuga a todos los demonios, haciéndolos salir de los cuerpos poseídos, y dio vista a los ciegos, habla a los mudos, oído a los sordos y perdón a los pecadores, como a la Magdalena y al paralítico de la piscina. Tu te hiciste invisible a tus enemigos, a tu voz retrocedieron cayendo por tierra en el huerto, los que fueron a aprisionarte, y cuando expirabas en la Cruz, a tu poderoso acento se estremecieron los orbes.
Tú abriste las cárceles a Pedro y lo sacaste de ellas sin ser visto por la guardia de Herodes; tú salvaste a Dimas y perdonaste a la adúltera. Te suplico, Justo Juez, me liberes de todos mis enemigos, visibles e invisibles. La sábana santa en que fuiste envuelto me cubra; tu sagrada sombra me esconda, el velo que cubrió tus ojos ciegue a los que me persiguen, y los que me deseen mal ojos tengan y no me vean, manos tengan y no me tienten, oídos tengan y no me oigan, lengua tengan y no me acusen, y sus labios enmudezcan en los tribunales cuando intenten perjudicarme.
Oh Jesucristo, Justo y Divino Juez, favoréceme en toda clase de angustias y aflicciones, lances y compromisos, y has que al invocarte y aclamar al imperio de tu poderosa y Santa voz llamándote en mi auxilio, las prisiones se abran, las cadenas y los lazos se rompan, los grillos y las rejas se quiebren, los cuchillos se doblen y toda arma que sea en mi contra se inutilice; ni los caballos me alcancen, ni los espías me miren ni me encuentren.
Tu Sangre me bañe, tu manto me cubra, tu mano me bendiga, tu Poder me oculte, tu Cruz me defienda, y sea mi escudo en la vida y en la hora de mi muerte.
Ho Justo Juez, Hijo del Eterno Padre, que con El y con el Espíritu Santo eres un solo Dios verdadero; oh Verbo Divino hecho hombre, yo te suplico me cubras con el manto de la Santísima Trinidad, para que libre de todos los peligros y me glorifique tu Santo Nombre. Amén.
Divino y Justo Juez, acompáñame en mi vida, oh Verbo divino hecho hombre, yo te suplico me cubras con el manto de la Santísima Trinidad para que me libres de todos los peligros y me glorifique tu Santo Nombre. Amén.
Divino y Justo Juez, acompáñame en mi vida, En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor Jesucristo, Dios de vivos y muertos, Eterno Sol de Justicia, encarnado en el casto vientre de la Virgen María, por la salud del linaje humano, Justo Juez, Creador del Cielo y de la Tierra, y muerto en la Cruz por mi amor. Tu que fuiste envuelto en un sudario y puesto en un sepulcro del que al tercer día Resucitaste vencedor de la muerte y del Infierno. Justo y Divino Juez, oye mis súplicas, atiende a mis ruegos, escucha mis peticiones y dales favorable despacho.
Tu voz imperiosa serenaba a las tempestades, sanaba a los enfermos y resucitaba a los muertos como a Lázaro y al hijo de la viuda de Nahím. El imperio de tu voz ponía en fuga a todos los demonios, haciéndolos salir de los cuerpos poseídos, y dio vista a los ciegos, habla a los mudos, oído a los sordos y perdón a los pecadores, como a la Magdalena y al paralítico de la piscina. Tu te hiciste invisible a tus enemigos, a tu voz retrocedieron cayendo por tierra en el huerto, los que fueron a aprisionarte, y cuando expirabas en la Cruz, a tu poderoso acento se estremecieron los orbes.
Tú abriste las cárceles a Pedro y lo sacaste de ellas sin ser visto por la guardia de Herodes; tú salvaste a Dimas y perdonaste a la adúltera. Te suplico, Justo Juez, me liberes de todos mis enemigos, visibles e invisibles. La sábana santa en que fuiste envuelto me cubra; tu sagrada sombra me esconda, el velo que cubrió tus ojos ciegue a los que me persiguen, y los que me deseen mal ojos tengan y no me vean, manos tengan y no me tienten, oídos tengan y no me oigan, lengua tengan y no me acusen, y sus labios enmudezcan en los tribunales cuando intenten perjudicarme.
Oh Jesucristo, Justo y Divino Juez, favoréceme en toda clase de angustias y aflicciones, lances y compromisos, y has que al invocarte y aclamar al imperio de tu poderosa y Santa voz llamándote en mi auxilio, las prisiones se abran, las cadenas y los lazos se rompan, los grillos y las rejas se quiebren, los cuchillos se doblen y toda arma que sea en mi contra se inutilice; ni los caballos me alcancen, ni los espías me miren ni me encuentren.
Tu Sangre me bañe, tu manto me cubra, tu mano me bendiga, tu Poder me oculte, tu Cruz me defienda, y sea mi escudo en la vida y en la hora de mi muerte.
Ho Justo Juez, Hijo del Eterno Padre, que con El y con el Espíritu Santo eres un solo Dios verdadero; oh Verbo Divino hecho hombre, yo te suplico me cubras con el manto de la Santísima Trinidad, para que libre de todos los peligros y me glorifique tu Santo Nombre. Amén.
Divino y Justo Juez, acompáñame en mi vida, oh Verbo divino hecho hombre, yo te suplico me cubras con el manto de la Santísima Trinidad para que me libres de todos los peligros y me glorifique tu Santo Nombre. Amén.
Divino y Justo Juez, acompáñame en mi vida, líbrame de todo peligro y accidente; defiéndeme de mis enemigos y socórreme en mis necesidades. Amén. de todo peligro y accidente; defiéndeme de mis enemigos y socórreme en mis necesidades. Amén.

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1 comentario:

  1. Ven,Espíritu Santo,y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven,Padre de los pobres ven a darnos tus dones,ven a darnos tu luz. Consolador lleno de bondad,dulce huésped del alma,suave alivio para el hombre. Descanso en el trabajo,templanza en las pasiones,alegría en nuestro llanto. Penetra con tu Santa luz en lo más intimo del corazón de tus fieles. Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre,nada que sea inocente. Lava nuestras manchas,riega nuestras aridez,cura nuestras heridas. Suaviza nuestra dureza,enciende nuestra frialdad,corrige nuestros desvíos. Concede a tus fieles,que en Ti confían, tus siete sagrados dones. Premia nuestra virtud, salva nuestras almas,danos la eterna alegría. Amén...

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